No digas nada
sólo desnúdate,
quiero tu cuerpo
y su monólogo
para incorporarme luego.
Los discursos échalos aquí
en mis falanges
aquieta la retórica en mis axilas
las palabras persuasivas
sean cascabeles en tu lengua
cadencia , temperamento
prisa , descarga y fuga.
¿Acaso hay mejor soneto
que el silencio perturbado
por un quejido obsceno?
No se necesita tensar con ondas el aire
cuando los poros se bendicen y corresponden.
Aquí
yacen dos cuerpos difusos
uno frontera, abismo del otro
en sus silencios.
.
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